La indecisión para elegir entre un plato de ducha y una bañera es una de las más comunes a la hora de una reforma de baño. También suele ser recurrente cuando se opta por un cambio en la vivienda. Si bien ambas opciones tienen sus ventajas, lo cierto es que las duchas son superiores en muchos sentidos.
Tanto en higiene como en funcionalidad, las duchas aportan numerosas ventajas. Se trata de un método mucho más eficaz y menos costoso. Además, realizar el cambio de una bañera por un plato de ducha es un proceso sencillo, siempre y cuando se deje en mano de profesionales, como lo son en conducha.es.
Si aún no estás decidido, entonces te mostraremos algunas ventajas que tiene el plato de ducha en comparación con la bañera.
Ocupan menos espacio
A diferencia de las bañeras, los platos de duchas son mucho más prácticos y funcionales. Suelen ocupar menos espacio en los cuartos de baño, lo cual ayuda cuando se vive en un sitio pequeño, o si se desea tener más espacio de almacenamiento.
Esta ventaja también repercute a la hora de la reforma: a menor espacio ocupado, mayor posibilidad de obtener el baño deseado.
Son más fáciles de limpiar
La limpieza del baño suele ser algo que conlleva tiempo y que no a todos entusiasma. Si se tiene una ducha, esto resulta mucho más sencillo en diferentes aspectos: se utiliza menos agua y productos de limpieza, además de que conlleva menos esfuerzo que con una bañera.
El tamaño de la ducha suele ser menor y, por ende, requiere menos limpieza.
Hay menos riesgo de infecciones
Aunque en condiciones normales no debería ser preocupante, bañarse en una bañera genera más riesgos de enfermedades que una ducha, en determinados casos. Esto se debe a que en la primera el agua se mantiene estancada, y la suciedad se mantiene en ella. Además, hay riesgo de que existan hongos.
En el caso de la ducha, el agua siempre correrá. El riesgo de contagio de alguna infección es reducido, debido a que no hay casi contacto con las baldosas.
Son menos peligrosas
En las duchas hay menos probabilidad de que ocurran accidentes, como caídas o tropiezos. Las bañeras, por otra parte, sí tienen un alto riesgo de que esto suceda.
Lo resbaladizo del material de las bañeras, además de que la persona debe levantarse para salir, puede generar caídas. En las duchas no. Incluso, es posible equiparlas con soportes para las manos, los cuales ayudan a personas de la tercera edad.
Ayudan a ahorrar
Desde su instalación, las duchas ayudan a ahorrar. Son fáciles de ubicar, además de que no exige mucha inversión el fijarlas y remodelarlas.
Por otra parte, en el día a día, las duchas son mucho más prácticas y, debido a su facilidad, ayudan a ahorrar agua. A diferencia de las bañeras, no se necesita de una gran cantidad para lograr una limpieza efectiva. De esta manera se puede lograr un baño adecuado, sin necesidad de aumentar el monto a pagar en las facturas.