Hasta hace relativamente poco, el póker en España estaba asociado a la variante Five Card Draw, también conocido como “póker cerrado” o “con descarte”, en la que se reparten cinco cartas boca abajo a cada jugador, con las que se tiene que formar una jugada, pudiendo deshacerse de varias o todas ellas tras la primera ronda de apuesta para recibir otras nuevas. Actualmente, la variante más popular es otra, el No Limit Texas Hold’em, en la que los participantes solo reciben dos cartas propias boca abajo, con lo que para completar su mano tienen que combinarlas con otras cinco cartas descubiertas y comunes para todos los miembros de la mesa, que se reparten progresivamente (tres en el flop, una en el turn y otra más en el river), lo que también incrementa el número de rondas de apuestas. En este juego, al haber mucha más información sobre las posibles manos del rival, la estrategia se complica y las matemáticas juegan un papel fundamental para aquellos que quieran dominar el juego.
Los grandes torneos online
Su popularización se debe fundamentalmente a la irrupción en el mercado español de las salas online, donde esta variante lleva causando furor desde hace más de una década. Destaca el formato de torneo, que puede congregar a miles de participantes para jugar múltiples mesas de forma simultánea. En este formato de partida, a cambio de una entrada inicial es posible aspirar a premios sustanciosos si se acaba en alguna de las primeras posiciones del evento. Otro de sus atractivos reside en que desde las partidas online se puede dar el salto a grandes torneos en vivo, tanto nacionales como internacionales, lo que supone todo un aliciente para un tipo de aficionado que quiere vivir la emoción de jugar cara a cara contra los mejores jugadores, tanto nacionales como internacionales, y competir por premios que pueden llegar a alcanzar millones de euros.
Efecto Moneymaker
Como ejemplo de esto último, podemos citar el caso de uno de los responsables del estallido de este tipo de juegos a nivel mundial: Chris Moneymaker. En 2003, este contable de Tennessee se clasificó por internet, tras pagar una entrada de apenas 39$, para el Evento Principal de las World Series of Poker con una cuota de inscripción de 10.000$ y 839 participantes. Sin apenas experiencia en este tipo de eventos, Moneymaker no solo logró alcanzar los premios, sino que ganó el torneo y los 2.500.000$ en efectivo destinados al primer puesto. La repercusión mediática del suceso popularizó este tipo de torneos online y dio lugar a lo que actualmente se conoce como el “efecto Moneymaker”.